El presidente estadounidense, Joe Biden, aseguró sentirse «conmocionado» ante un nuevo tiroteo masivo «sin sentido» en Estados Unidos, después de que este lunes un hombre abriera fuego sobre los asistentes a un desfile por el Día de la Independencia en Highland Park (Illinois).
Biden prometió además seguir luchando contra «la epidemia de la violencia con armas de fuego» en el país, y dijo que ha ordenado a las fuerzas de seguridad federales que acudan a Highland Park, cerca de Chicago, para ayudar en la búsqueda del sospechoso, que continúa a la fuga.
Al menos seis personas han muerto y dos docenas están heridas, según las autoridades, que confirmaron que el sospechoso es un joven «de entre 18 y 20 años» y que probablemente actuó solo.
«Jill (Biden) y yo estamos conmocionados por la violencia con armas de fuego sin sentido que ha vuelto a traer dolor a una comunidad estadounidense durante este Día de la Independencia», dijo Biden en un comunicado.
El presidente animó a los residentes de Highland Park a que continúen siguiendo los consejos de las autoridades, y aseguró que se mantendrá al tanto de cómo evoluciona la situación, especialmente la de los heridos que han tenido que ser trasladados al hospital.
Biden defendió el paquete de medidas contra la violencia armada que recientemente logró aprobar el Senado con apoyo de legisladores conservadores y progresistas, pese a la tradicional división en asuntos de control de armas que existe entre el Partido Demócrata y el Partido Republicano.
El mandatario admitió, que, sin embargo, «todavía queda mucho por hacer».
El acuerdo de mínimos incluye una revisión del proceso de compra de armas para los menores de 21 años y extiende a todo el país las llamadas leyes de «alerta de peligro» («Red Flag»), que permiten activar un procedimiento legal para confiscar las armas de fuego de quienes representen un peligro para terceros o para sí mismos.
El debate sobre la violencia armada se reactivó recientemente en Estados Unidos tras el tiroteo masivo en una escuela de Uvalde (Texas), en el que murieron 19 niños y dos profesoras a manos de un joven de 18 años armado con un rifle semiautomático que había comprado legalmente, hace poco más de un mes.