Las dudas que tuve cuando empecé a invertir

Me acuerdo perfecto del día que hice mi primera inversión. No pasó nada.

Venía de semanas en las que pensaba todos los días si me convenía invertir o no. ¿Para qué? ¿Y si pierdo? ¿Valdrá la pena?

Hay días en los que no pasa nada en los mercados, y me tocó uno de esos.

A la semana siguiente vino lo peor, perdí plata.

Ahí empezaron mis dudas existenciales sobre los mercados. En ese momento empezaron a rondar en mi cabeza varios pensamientos dirigidos a boicotear mi decisión: quizás esto fue bueno por un tiempo, pero llegué tarde. Quizás el mundo cambió estructuralmente y mejor dejamos esto de las inversiones en el pasado.

Fue tanto lo que sufrí revisando mi primera inversión todos los días, que un día me aburrí y cambié la clave de mi cuenta. Le pedí a mi polola que inventara una, la anotara en un papel y la escondiera.

Nunca habría pensado que una solución tan simple podía ser tan buena. Al mes me olvidé de mi inversión, y recién al año fui en busca de la hojita para revisarla (con la excusa de que quizás necesitaba de vuelta esa plata).

Ahí estaba. Ganancias. Números verdes. ¡Plata gratis, sin hacer nada!

Los fantasmas desaparecieron y se transformaron en orgullo por las ganancias y por la decisión de dejar de mirar diariamente mi cuenta. Pero, además, por haber decidido confiar en el mercado invirtiendo en instituciones financieras reguladas.

“El Mercado”. Puede sonar a algo muy lejano, pero es todo lo contrario. El mercado es, básicamente, compañías tratando de solucionar problemas que tenemos como sociedad. Si les va bien (como en los últimos 200 años), su valor crecerá. Y si somos parte de ellas, nuestra inversión también crecerá.

Entiendo que es muy difícil dar el primer paso en el mundo de las inversiones. También entiendo que es muy difícil no revisar cómo se van moviendo. Pero por eso les cuento esta historia.

En los últimos 200 años, los mercados han sido una gran opción para invertir. 200 años con guerras mundiales, pandemias, crisis varias, subidas y bajadas de por medio.

Puede ser que en el corto plazo suframos, pero confío en que en el largo plazo estaremos mejor.

Pablo Riedemann, CFA

Head de Marketing y Desarrollo de Producto

DVA Capital