«The Smiths. 1983-1984… Y el pop cambió para siempre» (Santiago-Ander Editorial) es una especie de reseña de disco extendida que incorpora el análisis del contexto musical, influencias, proceso de composición, grabación y añade algo de impacto en el medio. En realidad acá son dos álbumes, el debut homónimo del cuarteto de Manchester de 1983 y el compilatorio que se editó el año siguiente Hatful of Hollow. Es una lupa en el periodo de los primeros pasos de la banda hacia su consolidación, algo que suele resultar emocionante.
El título puede llevar a la equivocada idea de que cuenta la historia de un grupo sin precedentes que apareció de la nada, como lo hacen en documentales de la BBC para causar impacto. Pero el autor español Marcos Gendre hace un buen ejercicio de situar a The Smiths como parte de una oleada del nuevo sonido indie pop algo posterior al post punk.
Reconoce como influencia a bandas del sello de Glasgow, Postcard Records, tales como Aztec Camera y Orange Juice. Si bien ya existía una naciente escena con sonido indie pop, fue esta banda la que llevó el estilo más lejos, hasta consolidarse a nivel nacional. Ayudados con un sonido más pulcro en el estudio de grabación y su fichaje en Rough Trade, que era la columna vertebral de la difusión de sellos independientes a lo largo de todo Gran Bretaña, también los elevó a otro nivel. Era como estar casados con el jefe, prácticamente.
También se refiere a la importancia de Factory Records para Manchester y cómo el grupo de Morrissey y Johnny Marr lo encontraban pasado de moda. Bandas como Joy Division solían imitar el sonido de fábricas y hacer un retrato sombrío de Manchester; en su música, The Smiths, tomaba este paisaje en decadencia post industrial, nombrándolo como parte del paisaje de fondo para sus historias de (des) amor, (des) encuentros y embellecer el lugar a través de melodías melancólicas que se tornan varias veces alegres. Como devolver el alma al cuerpo.
En medio de la irrupción del electropop, esta escena volvía a tomar la guitarra, bajo y batería como formato principal, The Smiths podía parecer como uno más. Su sonido en vivo emulaba la urgencia punk, a veces sucio, e instaba a bailar. Su diferencia mayor era la maestría de Johnny Marr en la guitarra y el carisma de Morrissey como un frontman. No eran solo sus movimientos, era su voz operática y extensiva, que jugaba con los riffs acelerados de su compañero. Marr, quien recogía el soul de los 60’s, el del glam, del rock and roll, la psicodelia y el folk más antiguo, y los adaptaba a su estilo. Como dupla funcionaron haciendo combustión.
El libro podría estar casado con un solo álbum como la colección 33+1⁄3, pero escoge su debut, el álbum homónimo y Hatful of Hollow. Para un grupo que estaba creciendo a grandes pasos, el público y la prensa eran exigentes. No perdonaban un disco en que la banda se repitiera a sí misma, aunque la fórmula siguiera funcionando. Le ponían adjetivos como pálido y plano, querían que sonaran llenos de vitalidad como lo hacían en vivo.
Para devolverle la mano a sus fans, fieles como nadie, editaron entonces esta compilación Hatful of Hollow con tomas de la sesión fallida de lo que habría sido el primer disco, y algunas grabaciones en el programa del famoso DJ John Peel. Así quedaron todos contentos. El sello por haber logrado que la banda sonara más cuidada y llegar a una mayor cantidad de público, y luego los fans por revivir en un LP lo que ellos veían en vivo estando tan cerca de la banda. Luego vendrían sus otros clásicos discos. Pero para eso esperamos que Marcos Gendre se aventure con un próximo libro sobre los Smiths.