El carbono 14, un isótopo radiactivo presente en la Atmósfera terrestre. A nivel científico, es un elemento clave para datar objetos antiguos, porque, según afirma el especialista en el estudio de esta línea de investigación, Ricardo De Pol Holz del Centro de Investigación GAIA Antártica de la Universidad de Magallanes (CIGA). Su análisis, permite conocer la edad de muchos componentes del sistema terrestre, lo que, a la postre, se convierte en un insumo relevante para asomarse al pasado y determinar el tiempo de muchas cosas, como un alimento, el hueso de un animal, un árbol, etc.
En la actualidad, el acceso de las y los investigadores a estas mediciones, comenta De Pol Holz, se limitaba a centros del extranjero, como Estados Unidos y Europa, lo que, debido a la burocracia en los envíos de las muestras ambientales –generada, habitualmente, por el requerimiento de diversas autorizaciones- aumentaba en demasía los tiempos de espera (alrededor de 5 o 6 meses) y, con ello, la extensión en los trabajos de investigación para poder obtener finalmente el resultado de dichas dataciones.
Por ello y en virtud de la importancia que tiene este método desde el punto de vista arqueológico y las disciplinas que estudian el clima y los ecosistemas del pasado, sobre todo en Magallanes, en el transcurso de los últimos tres años, la casa de estudios, gracias a fondos del Ministerio de Educación (Mineduc), logró impulsar e implementar el primer Laboratorio de Geocronología de Chile y Sudamérica, un espacio instalado en Punta Arenas en las dependencias del CIGA UMAG en las calles 21 de Mayo con Bellavista y que está dotado de moderno equipamiento de factura suiza, el que arribó en 2020 a la región, pero que, producto de la pandemia, no pudo ser colocado hasta este 2022.
De primer nivel
“Para nosotros era muy importante tener infraestructura de laboratorio de primer nivel en este ámbito, porque no solamente va a permitir asociarnos a nivel investigativo con otros centros y científicos, sino que también será una unidad de prestación de servicios que también va a acaparar recursos que son cada día más escasos para mantener alumnos de doctorado y otros alumnos de pre y postgrado que requiere una Universidad de alta complejidad como es la UMAG en este minuto”, señaló De Pol Holz en su calidad de director de este nuevo laboratorio, afirmando que ya hay instituciones y organizaciones científicas “altamente interesadas” en mandar sus muestras y comenzar a trabajar. “Nos encontramos en la última etapa de instalación y esperamos la próxima semana iniciar el funcionamiento”, añadió.
Para conocer los alcances de esta iniciativa y, asimismo, observar la implementación de la nueva infraestructura científica habilitada, el rector Juan Oyarzo visitó las dependencias del recinto situado en el sector centro-sur de la ciudad. Al respecto, manifestó que, este laboratorio, “realmente es una joya, y va a ser muy importante y relevante para la región y el país tener acá un equipamiento de carbono 14 para medir las edades de todos los productos que señalaba Ricardo (De Pol Holz). Es una cosa realmente muy importante y muy relevante en lo que es el desarrollo de nuestro territorio, porque vamos a tener un equipamiento que va a servir para la investigación y para la docencia, por lo tanto va a cumplir con todos los objetivos que puede tener un avance de este nivel”.
Esto último, fue especialmente refrendado por el investigador del CIGA, ya que aseguró que, además de los estudiantes de postgrado de la Universidad, “todos los alumnos de las carreras científicas ahora podrán tener un lugar extra donde realizar tesis, proyectos, y distintos trabajos”. De esta manera, informó que, actualmente, están colaborando con él alumnas de la carrera de Ingeniería Comercial quienes se encuentran desarrollando una unidad de investigación en cuanto al modelo de negocios que puede establecer un laboratorio de este tipo. “Es un insumo de mucho valor para nosotros y esto les abre a ellas otro prisma, otro campo donde investigar”, destacó.
Carbono 14: un “verdadero trazador”
Pero, ¿qué implicancias, más allá de la datación, tiene estudiar el carbono 14? Ricardo De Pol Holz explica que se trata de un “verdadero trazador”.
“Es como un colorante que tiene el sistema terrestre que a mí me permite seguir el transcurso y las vías que tiene el carbono de entrar en distintos componentes del sistema terrestre”.
En palabras simples dice “me permite conocer, por ejemplo, cuánto carbono está saliendo del océano hacia la atmósfera como un valor global y eso tiene sentido en virtud del cambio climático del que estamos siendo testigos”.
Llevándolo al plano más local, De Pol Holz resalta, entonces, el potencial que tendrá este laboratorio.
“Tenemos esta posición geográfica tan privilegiada porque somos una verdadera antena que estamos metidos en el Océano Austral al lado de la Antártica y no hay ninguna otra masa continental alrededor, por lo tanto, captamos esa señal y vamos a poder medirla en este lugar y entregar ese tipo de respuestas, o sea, las expectativas que hay de los resultados que tenga este laboratorio son de interés global, no solamente regional”, concluyó.